ENTREVISTA CON…MIGUEL ASO

5 enero, 2020 Desactivado Por Club Baloncesto Monzón

Hoy el protagonista de nuestra entrevista es Miguel Aso. Fue uno de los referentes del Peñas Monzón que gano la liga en 1993 y disputó en mayo de 1995 la fase de ascenso a Liga EBA, jugando con posterioridad en la citada categoría. Actualmente es el entrenador de los dos equipos cadetes masculinos y entrenador ayudante de los equipos prebenjamín y benjamín del CB. Monzón.

¿Cómo fueron tus inicios en este deporte?

Era un chico muy alto en Pomar que jugaba a todos los deportes que podía, lógicamente incluido el baloncesto. En séptimo de EGB, hoy sería primero de secundaria, empecé con el baloncesto en el club. Aquellos años de mis comienzos fueron muy intensos porque venía a las 17.45 a entrenar y como mi padre, hasta que no acababa de trabajar no podía venir a buscarme, pues entrenaba con mis compañeros de equipo y luego con Guillermo Uguet a solas o con las categorías superiores, de hecho, debuté con el primer equipo con 15 años, razón por la que los bufandas amarillas me empezaron a llamar “el nene”.

¿Qué supuso para ti entrar en el Club Baloncesto Monzón?

Pues básicamente fue la oportunidad de hacer de manera seria baloncesto, supuso la oportunidad de socializarme con gente nueva, con amigos nuevos, de ganar en salud gracias al deporte y de iniciarme en un deporte que me llevó como jugador a conocer y compartir vestuario con profesionales que veías por la tele y eran tus ídolos.

Durante tu etapa como jugador coincidiste con muchos jugadores ¿Quiénes fueron las más importantes para ti?

Creo que es injusto citar a nadie en concreto porque cada uno aporta sus cosas y te influyen de modo diferente. Lógicamente ser un joven que compartió vestuario con gente del nivel de Jackson, Hall, Kurtinaitis, Tikhonenko y tantos otros buenos jugadores extranjeros y nacionales que pasaron por Huesca y Monzón, es para sentirse muy orgulloso y para aprender algo a poco listo que seas. Seguramente en mi juego, a nivel de consejos de veterano al joven, quizás compañeros de Monzón como Jordi Homs, Ángel Corvinos o Javier Celigueta, lo hacían más que los compañeros del ACB en el Peñas, posiblemente porque mi rol era muy diferente.

Si tuvieras que elegir un cinco inicial ideal de entre los compañeros con los que compartiste vestuario ¿Quiénes serían?

Lo primero que quiero decir es que en baloncesto hay que desmitificar lo de titulares y suplentes, que es una herencia un tanto futbolera y hay que hacerlo porque ahí casi no puedes hacer cambios, cuestión que no pasa en baloncesto. Por lo demás, si tuviera que hacer un quinteto con jugadores con los que he compartido vestuario, diría que David Soler, Rimas Kurtinaitis, Brian Jackson, Granger Hall y Santi Aldama podría estar bien.

¿Cuál fue tu momento más especial?

Mis rodillas hicieron que mi carrera deportiva no fuera muy larga pero hay momentos que te marcan. Desde una defensa en zona 2-3 que nos hicieron durante la semifinal provincial infantil, que yo no sabía ni lo que era, pasando por irme de Monzón a Huesca siendo un chaval de 15 años y el primer día te sientan a comer con quienes veías por la tele, estar en el banquillo el día que el Peñas le ganó al CAI en Huesca, ganar como ganamos la liga del 96 con Monzón, mi estancia con el C.B Calpe en Primera B donde nos fue muy bien y tengo grandes recuerdos, la fase de ascenso a EBA en Monzón o el pequeño homenaje que me hizo el Monzón en un descanso cuando me retiré. Sin duda son muchos momentos y resulta complicado quedarse con uno.

 La fase de ascenso a EBA, fue un evento que tanto jugadores como aficionados vivimos con mucha ilusión. Descríbeme las sensaciones que viviste tú y el equipo durante la disputa de la misma.

Fue todo un hito para la ciudad, seguramente a nivel deportivo uno de los más importantes que ha vivido Monzón por cuanto el club aspiraba a ascender en casa, estando presentes grandes equipos y jugadores rivales. Recuerdo ver alguna pancarta colgada, la ciudad movilizada, llenando a reventar el Saludas y arropando en la calle. En lo personal fue tremendamente hermoso pero muy duro por el final y creo que más allá del desafortunado arbitraje que nos perjudicó de manera clara el partido de Valls, lo que fue definitivo, lo cierto es que la presión acumulada partido tras partido a alguno nos cogió demasiado joven para aguantarla y más tan seguida, por lo que en lo personal no recuerdo haber tenido una gran fase, especialmente el día de Valls cuya derrota afectó mucho al equipo. Recuerdo compañeros llorando y otros muy cabreados persiguiendo a los árbitros. Yo ese día cuando acabó el partido de Valls, recuerdo haberme sentado sólo al fondo de la pista hasta que alguien vino a levantarme. Estaba agotado, pero emocionalmente mucho más que físicamente.

A lo largo de tu trayectoria deportiva has tenido muchos entrenadores ¿Cuál te ha marcado más?

Creo que los entrenadores que más influencia tienen en la vida de un jugador, son en general los que tienes en las edades formativas. Quizás por esta razón y por las horas que pasé entrenando con él esos años, la persona más me influyó como jugador fue Iñaki Iriarte, que para quien no lo recuerde era el entrenador ACB en el Peñas, pero lo cierto es que tuve la suerte de tener grandes entrenadores y lógicamente Guillermo Uguet y Joaquín Arnal en Monzón o Eduardo González en Huesca, me influenciaron, cada uno a su modo y unos más que otros, para formarme como persona y como jugador.

Ahora que entrenas a jugadores ¿crees que los valores que adquiriste como jugador pueden ser aplicables a tus equipos?

Hace poco leí una entrevista a un entrenador que decía que los deportes no tienen valores, que lo tienen los entrenadores y por eso en edades formativas hay que elegir bien qué entrenador tienen nuestros hijos. Creo que esto no es 100% así porque cada deporte tiene su cultura heredada de años de juego, pero sí creo que tiene una parte muy importante de razón. En lo que a mí respecta y con independencia de que obviamente hay roles en los equipos por la diferencia de nivel y compromiso de los jugadores, intento luchar contra la influencia NBA de un baloncesto suma de individuos por el de equipo, porque creo que es algo que les va a ayudar a los chicos en el futuro, hagan lo que hagan, pues deben acostumbrarse a trabajar de manera colaborativa con otras personas. Sin duda hay más cosas, pero esta es para mí de suma importancia en edades formativas.

Entre tu etapa de jugador y la de entrenador ¿con cual te quedarías? ¿Qué diferencias en cuanto a conceptos tácticos y técnicos hay?

Llevo dos temporadas llevando directamente equipos formativos y se puede decir que como entrenador soy un principiante así que creo que es una pregunta un tanto desequilibrada por cuanto las experiencias vividas son muy diferentes.  Lo que sí sé es que como entrenador llevo peor lo de no jugar bien o perder de lo que lo llevaba como jugador y no por el hecho de perder, que forma parte del juego, sino porque como jugador tiendes a camuflar esa responsabilidad entre el colectivo, pones más fácilmente excusas. Como entrenador podrías poner excusas, de hecho no puedes defender ni atacar, ni faltas a los entrenos por las razones que sean, pero estás sólo en la toma de las decisiones que te toca y por ello tienes un mayor grado de responsabilidad, por lo que si juegas mal le doy mil vueltas para ver qué cambiar y que los chicos puedan mejorar dentro de nuestro estilo de juego.

Los cambios tácticos y técnicos en el baloncesto son importantes de mi época a la actual. Por ejemplo hoy todo el mundo en el alto nivel necesita tirar de lejos, incluido los pívots y se hace básicamente porque son jugadores más altos, fuertes y rápidos y se necesitan espacios que se consiguen alejando jugadores del aro. Además el bloqueo directo forma parte de modo decisivo del juego y antes era un elemento más.

A los que se inician en este deporte como jugadores o entrenadores ¿Qué consejos les dirías?

A los jugadores les diría que muchos creen que lo importante es divertirse y desde luego es fundamental pero para divertirse es imprescindible dominar mínimamente el juego y para ello se requiere actitud, compromiso, seriedad, motivación, humildad y una dosis importante de paciencia hasta conseguir la técnica y táctica necesaria. Y les diría que si alguno quiere aspirar a ser profesional, que hay que entrenar muchísimo, competir contra los mejores, tener una pizca de suerte, especialmente con las lesiones y tener un ojo puesto en el libro porque el baloncesto se acaba, en ocasiones cuando menos lo esperas y al día siguiente de que esto suceda hay que estar preparado para un nuevo reto vital.

A quien quiera entrenar creo que soy incapaz de darle consejos, pues me veo más en la parte de los que los necesita y afortunadamente estoy bien rodeado para pedirlos3