ENTREVISTA CON…RAMON LAHOZ

8 abril, 2020 Desactivado Por Club Baloncesto Monzón

Hoy el protagonista de nuestra entrevista es Ramon Lahoz. Fue jugador hasta la temporada 97-98. Posteriormente empezó a ejercer en la temporada 99-00 de delegado en el equipo de liga EBA, con Sito Alonso al frente y durante muchos años más hasta las últimas con Jorge Serna en el banquillo. A lo largo de múltiples temporadas ha ejercido de entrenador tanto en equipos escolares como en el senior, este último tanto en su etapa en primera nacional como en primera y segunda aragonesa.

¿Cómo fueron tus inicios en este deporte?
Realmente fue un poco de rebote ya que me inicié en el deporte practicando el fútbol sala en una actividad del patronato municipal. Debido a su cancelación en la temporada siguiente , y teniendo en cuenta que necesitaba realizar un deporte, finalmente me incliné por el baloncesto. Comencé a jugar en último año de Benjamín, con Manolo González, entre otros, como mi primer entrenador.

¿Qué supuso para ti formar parte del Club Baloncesto Monzón?
Cuando eres pequeño no te planteas este tipo de cuestiones, simplemente quieres jugar, pasarlo bien y aprender a hacer mejor las cosas. La respuesta a la pregunta se empezó a fraguar cuando comencé a colaborar con el club como delegado de equipo tanto en una etapa previa con Guillermo en el junior, como posteriormente ya en el EBA. Aunque es difícil de explicar con palabras, las acciones son más esclarecedoras: + de 30 años de amarillo.

Durante tu etapa como jugador coincidiste con muchas personas ¿Cuáles fueron las más importantes para ti?
Sería falso e injusto destacar a nadie, porqué además soy de los que piensan que cuando eres jugador siempre puedes aprender cosas de cada entrenador y de cada compañero, tanto dentro como fuera de la pista, a la hora de seguir forjando nuestra personalidad como jugador y, lo más importante, como
persona. El apoyo de mi familia ha sido la clave para mi continuidad en este deporte en mis diferentes etapas; pero, no puedo olvidarme de todos aquellos que siempre me han apoyado en todo momento y que no necesitan ser nombrados porque saben que los considero amigos, mentores y siempre historia latente tanto de este club como del deporte en Monzón, estén allá donde estén. También va por ti, Julián.

Si tuvieras que elegir un cinco inicial ideal de entre los compañeros con los que compartiste vestuario ¿Quiénes serían?
No me gusta mucho personalizar porque adelanto que, durante mi etapa de jugador, guardo buenos recuerdos de todos ellos y siempre traté de fijarme en distintos aspectos de cada uno, para tratar de progresar como jugador; pero, sobre todo para ser mejor persona. De todos modos, si así me lo pides, tendré que ponerme en la piel de entrenador para ser un poco más objetivo desde la distancia.
Jugando con cuatro abiertos y un interior, repasando temporadas desde benjamín hasta junior, mi quinteto podría ser el siguiente:
Fernando Figuera, al base, como jefe de operaciones, durante muchos años, en casi todos mis equipos. Pablo Gracia y su polivalencia del 1 al 4 al servicio de un talento innato. Carlos Gallo en posiciones exteriores con su constante amenaza desde la línea de 3. Javier Uguet, adelantado a su tiempo, siempre explotando sus magníficas condiciones físicas y aportando unas dosis de espectacularidad poco habituales en otras épocas. Dani G. Tamayo, bastión inabordable en la pintura que siempre sabía hacer valer sus virtudes tanto con balón como sin él, demostrando que la talla no es ni la mitad de importante que pueden serlo el corazón, el trabajo y la fuerza de voluntad.

¿Cuál fue tu momento más especial?
No quería mojarme mucho; pero, lo voy a intentar.
Como jugador, hay muchos, pero seguramente destacarán los múltiples derbis con Barbastro, a lo largo de muchos años, y los apasionantes duelos contra el Peñas en mis últimas temporadas. Siempre buenos momentos como equipo, ya que mi capacidad como jugador no me permitía demasiadas alegrías individuales, je je.
Como delegado en EBA, no podría destacar ninguno a priori, porque toda la experiencia fue igual de especial para mí. Muchos recuerdos, anécdotas, amigos y aprendizajes que me regalaron tantas temporadas en esa categoría.
En mi faceta de ayudante, la experiencia deportiva y humana, con aquella generación que fue capaz de estar varias veces en los peldaños más altos del baloncesto aragonés, siempre me acompañará.
En mi faceta de entrenador hay muchas; pero, desde luego que, guardo muy buen recuerdo de esos partidos donde las circunstancias eran tan adversas (número reducido de jugadores, lesiones, etc.) que el propio hecho de haberlos sacado adelante de forma positiva ya puede tildarlos de especiales. He entrenado categorías muy diversas; aunque, no puedo negar que siempre sientes algo diferente cuando ves crecer a un jugador y al final da el salto al primer equipo. Resulta bastante reconfortante.
De todas formas, si tuviera que quedarme si he de quedarme con alguno, debería remarcar sobre todo un partido, donde mis condiciones de salud me impidieron dirigir tal y como estaba acostumbrado; pero, aquellos jugadores dieron una lección tal de responsabilidad, desarrollando de tal manera lo entrenado, que no hay mayor victoria que la del trabajo bien hecho, no solo en el baloncesto sino especialmente en la vida. No voy a engañaros y a todos nos gusta ganar; pero, mejorar, aprender de las experiencias y llegar a la victoria a través del uso de lo aprendido, haciéndolo a razón de un esfuerzo colectivo, es mucho más satisfactorio.

A lo largo de tu trayectoria deportiva has tenido muchos entrenadores ¿Cuál te ha marcado más?
No hay más preguntas jeje. Sin nombres, la amistad está por encima.
Esto no podría contestarlo ni en privado; porque siempre he intentado sacar lo mejor de cada uno y adaptarlo para formar mi propia personalidad no solo como entrenador sino también como ser humano.
Si que tengo que reconocer que, afortunadamente los he tenido muy buenos y con una calidad humana excepcional.

Tu has estado como delegado en el equipo de liga EBA tanto en el Saludas como en Los Olímpicos ¿Qué diferencias hay entre los delegados de antes y los de ahora? ¿Con cual de las temporadas vividas en los dos pabellones te quedas?
Diferencias no sabría decirte; pero, estoy seguro de que los medios tecnológicos son cada día más importantes; aunque, durante esas épocas, cuando se fraguaron muchos de esos adelantos que ahora facilitan y complementan el buen trabajo de los actuales delegados, de igual forma se actuaba con la misma diligencia y profesionalidad que en la actualidad. Debo añadir, que las labores de delegado llegan mucho más allá de las funciones que se le presuponen ya que dependiendo tanto del equipo como de la categoría a la que pertenece, sus responsabilidades pueden variar ostensiblemente. En resumen, no creo que su labor haya evolucionado en gran medida, aunque seguro que habrá tenido que adaptarse tanto a los nuevos tiempos como a la actual concepción no solo del baloncesto si no de cualquier deporte amateur o profesional.
La verdad que es ciertamente complicado elegir una u otra; pero yo creo que tanto mi primera temporada como la última del club en EBA, tuvieron unas connotaciones muy especiales por lo significativo en cuanto a lo personal. Todas han tenido sus momentos buenos y otros no tan buenos; pero, las experiencias vividas han resultado muy enriquecedoras tanto en mi desarrollo como entrenador como en mi crecimiento personal.

Ahora que entrenas a jugadores ¿crees que los valores que adquiriste como jugador pueden ser aplicables a tus equipos?
Los valores que adquirí como jugador son aplicables a la vida, no solo al baloncesto. Si digo esto es porque son valores que mis entrenadores simplemente tuvieron que recordarme; porque afortunadamente ya los traía aprendidos de casa y en la escuela siempre intentaron que no los olvidará.
Mis valores familiares siempre se fundamentaron en la educación y el respeto, la humildad, la generosidad, el esfuerzo y la constancia en el trabajo. En
consecuencia, aspectos imprescindibles para tratar de ser una persona como otra cualquiera.
Creo que esos valores ya están en cada jugador y jugadora; pero, nuestra labor, por las circunstancias personales de cada uno y por la sociedad en general, es ayudar a que los recuerden. A todo lo anterior, también le añadiría la confianza. Confiar en el compañero, en el jugador, en el entrenador y en la buena voluntad del árbitro, son aspectos vitales en todo deporte de equipo.

Entre tu etapa de jugador, de delegado y la de entrenador ¿con cual te quedarías? ¿Qué diferencias en cuanto a conceptos tácticos y técnicos hay?
No me quedo con ninguna en especial. Pienso que de cada una he podido sacar aspectos positivos e importantes para seguir desarrollándome como persona vinculada a la actividad deportiva.
En cuanto a las diferencias tácticas y técnicas, si que es verdad que el baloncesto ha ido evolucionando en todos sus aspectos; incluido en el propio reglamento, pero también todo depende de los diferentes estilos de juego.
Por otro lado, es cierto que hay aspectos del juego como el bloqueo directo, que en múltiples casos se emplean incluso en demasía, y otros, que van quedando un poco relegados en cuanto a su protagonismo, como puede ser: el juego de espaldas de los cincos y el uso del tablero como recurso en la ejecución de tiros de corta y media distancia.
De todas formas, considero más importantes las diferencias que empiezan a existir, desde tiempo atrás, en aspectos no tan específicos del juego sino más bien relacionados con los hábitos y la práctica de la propia actividad deportiva, en casi todos los niveles.

A los que se inician en este deporte como jugadores o entrenadores ¿Qué consejos les darias?
A los jugadores les recordaría que el baloncesto es un deporte de equipo en el que todos participamos para divertirnos (no solo yo, sino también mi compañero, el rival, los entrenadores y cuerpo técnico, el equipo arbitral y los propios espectadores) y eso solo se puede conseguir si cada uno se esfuerza y trata de hacerlo cada vez mejor, como ocurriría en cualquier otro juego o actividad con nuestros amigos y amigas. Pero, como ya he dicho, siempre recordando que si no participo yo o no hago participar del juego al resto de mis compañeros, deja de ser un deporte de equipo y en lugar de divertirnos todos, solo se divierten unos pocos.
A los entrenadores que empiezan les diría que antes de todo hay que ser educadores y formadores de personas, utilizando el baloncesto como medio para seguir contribuyendo a la propia formación educativa de nuestros jugadores. Al mismo tiempo habrá que empezar a desarrollar aspectos técnicos y tácticos que lleva implícito cualquier deporte de equipo y ,a través de su buen desempeño, utilizarlos como herramientas para competir. En casi todos los juegos hay ganadores o perdedores, pero el entrenador debe preocuparse principalmente por contribuir a que sus jugadores sean mejores o mejores, independientemente de la edad o categoría, no solo en la cancha sino también fuera de ella.